Mariano Alcocer y Martínez
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Mariano Alcocer y Martínez | ||
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Información personal | ||
Nacimiento | 8 de mayo de 1860 ![]() Molina de Aragón (España) ![]() | |
Fallecimiento | 24 de febrero de 1944 ![]() Valladolid (España) ![]() | |
Nacionalidad | Española | |
Información profesional | ||
Ocupación | Historiador, archivero y bibliotecario ![]() | |
Miembro de | Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos ![]() | |
Mariano Alcocer y Martínez (Molina de Aragón, 8 de mayo de 1860-Valladolid, 1944) fue un bibliógrafo, archivero e historiador español.
Perteneció al cuerpo de archiveros por oposición desde 1890 y fue correspondiente de la Real Academia de la Historia. Trabajó, entre otros lugares, en el Archivo de Vitoria cuyo Catálogo publicó en cuatro volúmenes, Archivo de Hacienda de Orense y Toledo.[1] Fue cronista de la Universidad de Valladolid desde 1930 y jefe de su Biblioteca Universitaria. Simultáneamente, entre 1922 y 1929, gracias a su ascendiente con la dictadura, también lo fue del Archivo General de Simancas, cargo que compatibilizó con los de responsable de la Biblioteca Provincial y del Museo Arqueológico y presidente de la Comisión vallisoletana de Monumentos Históricos y Arqueológicos. A tal cúmulo de cargos sumó el de presidente de la Academia de Estudios Histórico-sociales. Vinculado familiarmente con los jesuitas –lo fue uno de sus hijos–, era afín ideológicamente a la Asociación Nacional de Propagandistas Católicos y supo aprovechar el curso de los acontecimientos políticos por los que atravesó el país, particularmente durante la crisis revolucionaria de 1917 y durante la Dictadura del general Primo de Rivera para, aun sin tener fondos para ello, poder recaudarlos y supervisar la creación de instrumentos heurísticos, publicando continuamente trabajos bibliográficos. Para ello frecuentó a los hermanos Herrera Oria en los mismos círculos que luego darían lugar a la Unión Patriótica Castellana, el partido político fundado en 1923 y que sería absorbido por la Dictadura, sirviéndose de él para obtener la necesaria ideología con que sostener el régimen y que alimentará el nacionalcatolicismo y la derecha nacionalista española. Fundó la Revista Histórica, que solo llegó a tirarse durante 1918 y a reeditarse años más tarde, entre 1924 y 1926. Su redacción estuvo formada por el personal facultativo destinado en la biblioteca de Santa Cruz. Publicó con este patrocinio numerosas obras, sobre todo sobre la historia y bibliografía de esta ciudad, pero también Luis de Salcedo y Azcona : estudio biográfico, Valladolid, 1926 y, en cinco volúmenes, la Historia de la Universidad de Valladolid (Valladolid, 1921-1923). Recibió un segundo premio en 1920 por su Catálogo razonado de obras impresas en Valladolid 1481-1800, que fue publicado en 1926. Solo a partir de este año logró Alcocer que se institucionalizase la publicación de catálogos simanquinos. Fue gracias a que el Círculo de Estudios de la Federación de Estudiantes Católicos de Valladolid elevó al ministro de Instrucción Públicas y Bellas Artes, Eduardo Callejo de la Cuesta, una petición para que se arbitrase el crédito necesario para que se pudiesen llevar a la imprenta las más de 300.000 papeletas redactadas hasta entonces en el Archivo General de Simancas.[2] Su hijo, el monje benedictino del monasterio de Montserrat (Madrid) Rafael Alcocer Martínez (1889-1936), fue asesinado en la checa de Ferraz a comienzos de la Guerra Civil y posteriormente beatificado[3] como mártir católico.[4][5][6][7]
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